jueves, 10 de marzo de 2011

Las relaciones de pareja con diferencias de edad

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Este artículo es un resumen de varias publicaciones científicas y las vivencias propias de su autor y presenta una una opinión objetiva sobre las relaciones de pareja donde existe una importante brecha de edad.
I. MOTIVACIÓN
Para abordar el tema y darle foco, quiero distinguir dos escenarios entre parejas con diferencia de edad: el primero, en el que ambos son relativamente jóvenes o relativamente adultos y la diferencia de edad no supera los 10 años, y el segundo, en el que uno de los dos es bastante mayor al otro. Sobre este segundo escenario trata este artículo.
En las parejas más con brechas de edad mayores a 10 años, hay mayor distancia en cuanto a madurez, responsabilidad o experiencia de cada miembro. Ambos están en distintas etapas de sus respectivas vidas. Mientras uno es prácticamente un adolescente o muy joven, el otro es una persona adulta y, por tanto, las diferencias son más notables e importantes. No es tan sólo una cuestión física, es sobre todo una cuestión de madurez y de crecimiento personal.
Sin embargo, es fundamental aclarar que el perfil de madurez de una persona no es directamente proporcional a su edad. La madurez social, emocional, profesional e intelectual es resultante de una ecuación en donde la edad es sólo una variable, y donde la educación, los valores familiares, las experiencias individuales, los paradigmas mentales, hábitos y la religión tienen un peso mayor.
A continuación me propongo revisar algunos aspectos psicológicos y sociales de este tipo de parejas, con el objeto de sustentar una teoría y entender posibles razones de estas uniones. Sin embargo aclaro que desde mi punto de vista, creo que el amor es la expresión de la libertad plena y que siempre nos puede sorprender en sus manifestaciones, de manera que no necesariamente obedece reglas y paradigmas sociales



II. TIPOS DE RELACIONES CON BRECHA DE EDAD
II.1. Primer tipo
Hay quienes piensan que este tipo de relaciones tan sólo se deben al interés económico de la persona menor, y al deseo de rejuvenecer de la mayor. En efecto esta es una de las causas que favorecen estas relaciones. Claro que este tipo de uniones no deberíamos calificarlo de parejas, más bien de contratos mercantiles o sociales. Se dan más entre personas de alto nivel económico y social, suelen durar cierto tiempo. Esta forma de relaciones no las analizaré en este artículo puesto que han sido ampliamente ilustradas y explotadas comercialmente por la televisión, el cine y diversos géneros literarios como la novela dramática.
II.2. Segundo tipo
Hay otro tipo de parejas de edad muy distinta donde la persona menor busca en la relación de pareja que la otra persona haga “un poco” de madre (de esa madre que consuela, que cuida, que atiende) o padre (de ese padre que protege, que satisface necesidades, y abraza en momentos de miedo y desconsuelo), según sea el caso.
Este deseo es perfectamente normal, totalmente compatible con un buen funcionamiento de pareja, sumamente gratificante y hasta deseable en cualquier unión, incluidas las formadas por personas del mismo sexo. Eso sí, siempre que esta búsqueda de una actitud maternal – paternal no sea constante, rígida, que sea intercambiable y no muy marcada que raye en la dominación de uno sobre el otro
Hay casos en los que la persona menor no busca “UN POCO” a un padre sino “MUCHO”. El hambre por el amor paterno (nunca satisfecho del todo), el no haber nunca renunciado en lo más profundo a que papá sea “de propiedad privada”, sin compartirlo con mamá ni con los hermanos, lleva a un número no desdeñable de personas a sentirse atraídas por hombres 15, 20 ó 30 años más mayores que ellas. Al mismo tiempo existen personas que no asumen el paso del tiempo, que sienten que su psicología es aún joven aunque esté encerrada en un cuerpo que ya empiece a languidecer, y que no renuncian a vivir momentos vitales anteriores que las circunstancias no les dejaron experimentar.
En las relaciones en las que uno podría (por edad) ser el hijo de la otra persona probablemente existe el miedo de la persona menor a relacionarse con hombres/mujeres de su edad, a quien ven como “inestables”, o la necesidad de la persona mayor de reeditar la etapa de cuidados paternales/maternales seguramente no satisfechos en la infancia.
Hay psicólogos que opinan también que en este tipo de relaciones existe la necesidad del hombre o de la mujer, de dirigir su atención hacia personas viables sus deseos sexuales, ya que no pueden hacerlo hacia sus progenitores y descendientes (si éstos existen) respectivamente.
II.3. Tercer tipo
Otro tipo de parejas, afortunadamente quizás el más numeroso, está formado por personas que reúnen todos los requisitos para sentirse atraídos: semejantes historias personales, sufrimientos emocionales distintos (pero complementarios mecanismos para sobrellevarlos), esquemas similares de cómo debe operar una relación de pareja, estilos de hacer el amor compatibles, increíbles historias de cómo se conocieron y que desencadenaron en la unión, o inclusive la casi inexplicable atracción emocional mas allá de lo evidente y que algunos califican como “espiritual”
Este alto grado de compatibilidad les lleva a intentar una relación de pareja estable a pesar de una marcada diferencia de edad. Les guía en definitiva el amor, el sincero interés por el otro, la maravillosa experiencia de sentirse fundidos en una entidad llamada pareja. Toda relación bajo estos términos tiene el legítimo derecho a vivir estas experiencias.
Casi todas ellas son factibles siempre y cuando no ignoren las dificultades añadidas que conlleva una relación con estas características.
III. ¿QUÉ PROBLEMAS CONLLEVA ESTE TIPO DE RELACIONES?
A continuación enumeramos algunos de los ámbitos en los que se ilustra lo difícil que puede ser compartir la vida con alguien de muy distinta edad. Tomar conciencia de ello, es tener la oportunidad de manejarlos adecuadamente
  • Las Emociones: La pareja es compartir, compartir no sólo lo material, el espacio físico, la alegría o la enfermedad, sino también y quizás prioritariamente las emociones, aquello que alegra, que entristece, que hace vibrar a nuestro corazón, o simplemente inquieta. ¿Cómo podrá una persona de 60 años compartir con su pareja de 30 la experiencia de envejecimiento, de las limitaciones físicas que la edad va ineludiblemente dando? ¿De qué forma podrá compartir lo que siente hacia sus nietos, (si anteriormente tuvo otra pareja de la que nacieron hijos), con alguien que tal vez no ha sido aún madre o padre? Al mismo tiempo ¿cómo podrá el miembro más joven de la pareja compartir su todavía inmensa fuerza creativa y emprendedora? ¿O bien las discusiones con sus padres, cuando su pareja se sitúa mejor en el lugar de ellos que en el hijo / a como su pareja? ¿Cómo compartir la ilusión por un futuro mejor cuando a uno le queda casi toda la vida por delante mientras que el otro tiene casi toda ya vivida?
  • Los Celos: El manejo de esa sensación ácida de los celos, el miedo a la infidelidad de la pareja, el grado de libertad que cada uno se otorga en la relación con otras personas.... es uno de los temas delicados y potencialmente conflictivos en cualquier pareja. En las de mucha diferencia de edad se convierte en un gigante que puede terminar haciendo sucumbir la relación. El mayor, habitualmente el hombre, suele temer la presencia de rivales más jóvenes, más atractivos, con mayor capacidad sexual. Por ello las actitudes de sabotaje hacia la persona más joven son frecuentes en algunas de estas parejas, tal como favorecer que padezca una llamativa obesidad, o reforzar su inseguridad.
  • Amistades de edades y ambientes incompatibles: No se tiene el mismo tipo de amistades, ni se gusta de frecuentar el mismo tipo de ambientes a los 30 que a los 60, o a los 40 que a los 75...ésto puede privar a las personas que mantienen éstas relaciones de la satisfacción de juntar a sus amigos con su pareja, y puede producir roces y malentendidos con las amistades del otro ya que funcionan con esquemas muy distintos a los habituales para uno mismo
  • Distintas posibilidades sexuales: La sexualidad sólo termina con la muerte, pero va cambiando con el paso del tiempo. Un hombre de 60 años suele tener una necesidad sexual claramente menor que cuando estaba a punto de cumplir los 40. La necesidad de estimulación para alcanzar una erección suficiente está considerablemente aumentada, el período que necesita para reponerse tras un encuentro sexual antes de poder tener otro ha aumentado considerablemente, sus posibilidades mecánicas para ciertas posturas y juegos pueden estar mermadas...esto no es un inconveniente insalvable, especialmente si la pareja no cae en el habitual error de reducir su sexualidad a la simple penetración. Pero no cabe duda de que introduce dificultades añadidas a las de otras parejas sin tanta diferencia de edad
  • Rechazo de las familias: Con razón o sin ella es frecuente que tanto la familia de la persona más joven como la de la más mayor, no vean con buenos ojos este tipo de uniones. De no lograr que reconsideren su postura será un dolor para cada protagonista el no poder gozar de la dicha de que su pareja y su familia se encuentren satisfactoriamente, y que sus dos pilares afectivos estén “en paz”. Por otro lado no le será fácil a una persona, pongamos de 20 años, poder conectar con cuñados y cuñadas, que pueden hasta triplicarle la edad, o por poner otro ejemplo, relacionarse con los hijos de su pareja que pueden ser de su edad y aún mayores.
El rechazo familiar, dificultades sexuales añadidas, incompatibilidad de ambientes y amistades, celos, incapacidad para compartir experiencias vitales, etc. son dificultades añadidas de este tipo de relaciones, de mucho peso y requieren de uso de la sabiduría de la pareja para manejarlos
IV. DE QUE MANERA ENFRENTAR LOS PROBLEMAS DE ESTAS RELACIONES
Ante todo (y sobre todo) la pareja debe estar muy consciente la existencia de estos puntos de atención (entre otros) enumerados e la sección anterior. Ocultar un problema, no hablarlo, o adoptar posturas que tienden a negar la evidencia, no sólo no contribuye a sobrellevarlos sino que es el ingrediente para que antes o después desborden a sus protagonistas. Tanto en su formación, como de cuando en cuando en la convivencia, las parejas con mucha diferencia de edad deben pararse y revisar cada uno de estos apartados, u otros que en su caso concreto supongan dificultades.
  • Un vivo interés por las cuestiones del otro, aún cuando por la propia edad esas cuestiones “queden muy lejos” en la experiencia vital actual, será imprescindible, pero sin por ello caer en el autoengaño de creer que pueden ser vividas como propias cuestiones que sólo se pueden vivir con emoción cuando la edad y las circunstancias acompañan para ello
  • Una especial generosidad de cada uno para adaptarse al ambiente, a las amistades, al estilo del otro, es imprescindible. También habrá que aumentar el grado en que cada uno da “permiso” al otro para hacer actividades y frecuentar ambientes que le son propios y difícilmente "compartibles" con la pareja, (no hacerlo así supondría que alguno de ellos renunciase a compartir con otras personas los valores y costumbre propios de su generación y la pérdida de amistades. En definitiva la aparición de insatisfacciones emocionales de las que antes o después, consciente o inconscientemente se acusaría a la pareja)
  • Aprender a satisfacer sexualmente al otro siguiendo sus esquemas, su ritmo, y sus preferencias, alternando los estilos y las concesiones. Lo primero que tendrá que hacer cada uno será informarse de las particularidades que conlleva la edad de su pareja, así por ejemplo un hombre de 60 años, necesita una mayor estimulación, y más directamente aplicada a su pene, que un hombre de 30, para lograr una buena erección. O cualquier persona de uno u otro sexo puede tener dificultades anatómicas para realizar el amor en determinadas posturas que no le resultaban difíciles con la edad que tiene su actual pareja. Por otra parte aquello que sexualmente es ampliamente aceptado en la generación joven actual, por ejemplo el sexo anal, puede ser tabú para muchas personas que pertenecen a una generación anterior (el diálogo, la comprensión, cierta renuncia y un progresivo acercamiento a las costumbres del otro son, en todas las parejas pero especialmente en las de mucha diferencia de edad, algo imprescindible)
  • Por otro lado el miembro más joven de la pareja debe dar al de más edad una especial seguridad afectiva, dejarle claro su amor incondicional, señalarle cuántos motivos honestos tiene para quererle. Esta es la mejor forma de reducir el miedo que provocan los rivales más jóvenes, y por consiguiente, los inevitables celos, o de reducir el miedo o la incertidumbre del miembro mayor a que con el pasar del tiempo, cuando el menor haya satisfecho sus necesidades sobre “la seguridad” o “la protección” que le brinda la relación y el sexo sea menos frecuente, busque una pareja contemporánea y este se vea abandonado y sin opciones para rehacer su vida. La persona menor debe estar consciente que su pareja estará evaluando esto constantemente y si no están claras estas garantías, el mayor en un acto de supervivencia emocional, pedirá el rompimiento
V. RECOMENDACIONES FINALES
  • Jamás dejes de lado las dificultades añadidas en este tipo de relación. Conocerlas y aceptarlas es empezar ya a manejarlas efectivamente.
  • Como decía un gran pensador, “la única constante en el universo es el cambio”, y por mas fuertes que sean los lazos emocionales hoy, en el futuro eso puede cambiar, de manera que la honestidad y la buena comunicación son los pilares fundamentales de este tipo de relaciones.
  • Es importante no sentir vergüenza ni esconderse de amigos o familiares aunque noten cierto rechazo por parte de ellos o duda sobre su amor. No hacer caso de los comentarios de los demás y disfrutad y fortalecer de su relación.
  • En la relación, sólo los dos son los únicos que pueden saber qué es lo que sienten y si realmente están enamorados. Defended su amor y luchar por la relación, no permitan que nadie se interponga.
  • Es natural que su relación despierte curiosidad y que hablen sobre ustedes y los motivos que los han unido, pues no es habitual encontrar una pareja con tanta diferencia de edad. Muchas personas tienen la costumbre de opinar sobre los demás y, en este caso, sobre tu relación, aunque apenas los conozcan. No dejar que los comentarios de los demás, personas siempre ajenas a una relación que es de dos, los afecten.
  • En caso de fuertes dificultades un experto en temas de pareja puede ayudarte.

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    Fuentes:
      Trinidad Aparicio Pérez - Psicóloga Clínica
        Esteban Cañamares - Psocólogo Clínico y Sexólogo