viernes, 14 de diciembre de 2012

Ese extraño gusto por andar rueda libre

"Rueda libre", una manifestación social clandestina
Andar rueda libre (en inglés freeballing) hace referencia a la costumbre, principalmente masculina, de no cargar ropa interior debajo de la vestimenta diaria. La definición en inglés es más que clara porque alude directamente al hecho de que, cuando no se cargan interiores las bolas cuelgan libremente dentro del pantalón.

Andar rueda libre parece una costumbre extraña porque la utilidad de la ropa interior se hace evidente: el tipo de tela, usualmente algodón, brinda protección al área genital al aislarla de otros tipos de tela más rudas (como el jean) y de ciertos accesorios del vestir como los cierres; pero la utilidad mayor es la relacionada con la higiene, al mantener el área genital y anal seca, recogiendo el sudor y otros fluidos corporales. 

Es posible que esta práctica esté asociada principalmente a la vida de algunos adolescentes y estudiantes universitarios dada la necesidad natural de los jóvenes de nadar contra la corriente o romper con los esquemas preestablecidos. Ir rueda libre se antoja como una práctica que no deja de tener connotaciones "clandestinas". Algunas veces se asume como un reto personal o dentro de la comunidad de pares masculinos generalmente asociado con ese "mostrar sin mostrar" en donde los genitales se exhiben, bien desdibujados sobre el short o pantalón, o bien como flashes que pueden ser atisbados al acaso, al adoptar ciertas posturas. Luego se asume como una forma muy cómoda de andar, al liberar a los genitales y dejar que cuelguen plácidamente. A continuación el testimonio de un grupo de estudiantes universitarios norteamericanos (video en inglés):

Sin ropa alguna en los gimnasios de la antigua Grecia
Resulta curioso que, si bien el uso del taparrabos fue una prenda de vestir, a la vez que ropa interior, común para muchos pueblos ancestrales, al parecer, entre los griegos este tipo de atuendo no existió en absoluto. Entre la vestimenta tradicional de la antigua Grecia se encontraba la túnica, tanto para hombres como para mujeres, que consistía básicamente en un rectángulo de tela suave que se sujetaba a los hombros mediante una fíbula (un gancho) y un cinturón. Los hombres de cierta edad y jerarquía llevaban también una toga larga que les cubría prácticamente todo el cuerpo. Sin embargo, debajo de estos vestidos no se llevaba nada más. Por lo tanto para los griegos, andar "rueda libre" era una condición natural.
 
El no portar ropa interior alguna por parte de los antiguos griegos, llegó a niveles de la misma desnudez en algunos ámbitos sociales, como en los gymnasium, donde sólo estaba permitido entrar a los hombres y que servía de recinto para el entrenamiento físico y para otras actividades asociadas con el pensamiento. De esta manera quedaba manifiesto el gusto griego por la belleza corporal, particularmente la masculina, la cual alcanzó en algunos momentos niveles de culto.

Podría decirse pues, que la carencia de uso de ropa interior alguna entre los griegos no fue algo que los preocupara sobremanera, dado que la desnudez era una condición importantísima que utilizaban para relacionarse socialmente, particularmente entre hombres. Como muestra de ello, la inmensa mayoría de las estatuas masculinas griegas presentan hombres desnudos, o con atuendos que los acercan más bien a la desnudez, porque destacan su corporalidad, a diferencia de muchas estatuas femeninas, donde la forma corporal es sugerida o mostrada debajo de los pliegues de las túnicas.

Rueda libre como práctica cotidiana
Para Trey Salm, andar rueda libre tiene las ventajas de que los genitales se ven libres de los interiores muy ajustados y no se sufre la incomodidad de que la tela se meta entre las nalgas (para mí son dos situaciones que se resuelven muy fácilmente: comprar ropa interior holgada y bien hecha para que no se arrugue cuando se la lleve puesta). Otro de sus argumentos: es más rápido desvestirse para el sexo cuando no se lleva interiores, solo quitar la correa, abrir el pantalón y ya: ¡en traje de Adán! (pero, ¿y todo ese preludio erótico previo al sexo al quitar la ropa e incluso exhibir unos interiores sexys qué? je je je).

En una oportunidad, los mercurianos nos pusimos como reto vivir un día "rueda libre": cada quién se vistió para un día normal de la semana, con la ropa que tradicionalmente viste para trabajar, pero no nos pusimos interiores. Yo fui a mi trabajo de pantalón kaki, con camisa manga larga, medias y zapatos negros de cuero. Mi primera inquietud, al ponerme los pantalones fue: ¿qué hago con mi pene? Cuando uso ropa interior mi pene lo coloco hacia arriba o hacia abajo sobre mis testículos, bien acomodado y ajustado por la tela del interior. Ahora mi pene colgaba la mayoría de las veces hacia un lado, de manera que frente al espejo yo notaba el glande insinuándose en el pantalón. Ese día agradecí que mi pene no fuera grande, porque su forma se hubiera desdibujado claramente sobre un pantalón de tela.
 
Cuando me monté en mi carro comencé a experimentar que la costura central del pantalón presionaba sobre mis genitales, y la cabeza de mi pene circunciso no dejaba de rozarla, por lo que la certeza de mi genitalidad estaba permanentemente presente. Al llegar al trabajo mi pene se había acomodado en una posición cómoda que, al parecer, no permitía que se notara mucho, y realmente me sentía menos apretado y mis genitales más "libres": empecé a sentirme mejor.
 
La primera posibilidad de inconvenientes se presentó cuando fui al baño a orinar. Lo hice de la manera tradicional. Al finalizar, sacudí el pene y limpié con un papel los restos de micción del orificio de salida. Sin embargo tuve la preocupación porque una gota rebelde hubiera quedado en el conducto urinario y en algún momento saliera y manchara el pantalón, cosa que afortunadamente no ocurrió.
 
Pero al transcurrir del día, cuando comencé a sudar un poco, empezó para mi un real inconveniente: mis pelotas se humedecieron y no dejaba de percibir la molestia de sentir que el escroto se pegaba insistentemente a mi entrepiernas. En ese momento añoré haberme puesto algo de talco en los genitales.

Un punto a favor, el solo pensar que estaba interactuando con mis compañeros y compañeras de trabajo y con mi jefe, estando consciente que no cargaba interiores, le daba a la relación una dimensión especial. De repente me preguntaba si alguno de ellos se habría dado cuenta de que andaba rueda libre, o si realmente podían notarlo por como se movían los genitales al caminar. Esta sensación de estar haciendo algo "clandestino" hacía que me sonriera y le aportaba cierto "morbo" al asunto. Por supuesto que rogaba no experimentar una erección, lo que me pondría en evidencia y me haría pasar un mal momento.
 
En conclusión, la experiencia fue interesante. Por un lado ese morbo sabrocito de saber que estaba sin interiores frente a otros; por otro, ciertas incomodidades estuvieron presentes, en particular la de sentir las bolas pegadas a mis piernas. No dejo de pensar en que, definitivamente, esto podría ser la gloria para un exhibicionista discreto. Así que siento que no me importaría andar rueda libre alguna otra vez, con su debida dosis de talco antes de vestirme. Con mucha más seguridad lo haría en la playa cargando unos shorts holgados, para permitir que la brisa refresque mis testículos.

Una costumbre escocesa transmitida por tradición
Entre las tradiciones en la vestimenta de Escocia, el kilt es el traje emblemático de los hombres. Inicialmente se trataba de una túnica,  elaborada con un estampado particular a cuadros, el tartán, con los colores específicos de los antiguos clanes; de aproximadamente 5 metros de largo que se ataba a la cintura y cubría el cuerpo y las caderas hasta media pierna para proteger a la persona de las inclemencias del tiempo en Escocia. En la actualidad, aquel atuendo quedó simplificado como una falda de tela de paño que utilizan los escoceses en fiestas tradicionales y en celebraciones especiales.
 
Estas faldas tienen la particularidad de que, al parecer, desde tiempos remotos, se visten sin ropa interior alguna debajo. La razón podría ser desconocida, pero no tendría que extrañarnos puesto que igualmente así era que se vestían muchos pueblos antiguos, como por ejemplo los griegos. Sin embargo, se dice que, en los tiempos modernos, esta costumbre tiene un origen militar, donde se obligaba a los soldados escoceses a no llevar nada debajo de manera que el área genital pudiera estar convenientemente aireada. De esta manera, andar en ropa militar escocesa, sin ropa interior alguna debajo del kilt, se la denominaba "ir de regimiento", en inglés going commando.
 
Se dice que, durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados escoceses que portaban kilts eran inspeccionados por los sargentos utilizando un palo al que se adosaba un espejito, para verificar si iban convenientemente "frescos" debajo de sus faldas de regimiento.
La tradición se ha impuesto entre los hombres de la región escocesa y, aunque no es obligatorio ir rueda libre, se presenta como una ocasión para rendir honor a los antepasados. Por lo cual los hombres no reparan en ir rueda libre bajo sus kilts en matrimonios, desfiles, actos militares, competencias, celebraciones folclóricas, etc.

Aunque se dice que el portar o no ropa interior debajo del kilt es un asunto personal, lo correcto es mantener el misterio al no hacer alarde del mismo, lo cual no deja de ser evidente dado que en muchos casos, a los escoceses parece importarles muy poco si se les ven los genitales o el trasero al adoptar ciertas posturas durante las celebraciones públicas.

Al contrastar esta manera de vestir con el uso extendido de la ropa interior no queda otra que proponer vivir la experiencia de ir rueda libre en algunas ocasiones y experimentar de primera mano esta particular forma de relacionarnos con nuestro cuerpo, así como las posibilidades de establecer contacto con nuestra sensualidad masculina.

5 pasos para comenzar a andar rueda libre
Basado en un artículo del portal WikiHow, hemos adaptado estas cinco sencillas recomendaciones para aquellos que deseen comenzar a experimentar el andar rueda libre:

 
1. Selecciona un día en el que sepas que la menor cantidad de personas estará en casa. Esta es siempre la mejor manera de comenzar. Es posible que sea difícil definir ese momento, pero si encuentras un día en el que tu madre sale a hacer compras, tu padre está en el trabajo y tus hermanas y hermanos se van a pasar el rato con sus amigos, entonces aprovecha el momento, quítate los interiores y ponte la ropa que usualmente sueles llevar en casa.

2. Después de esto, comienza poco a poco a andar rueda libre siempre que puedas, hasta que te sientas cómodo de hacerlo entre los miembros de tu familia. Recuerda que al principio debes cuidar de no erectarte o dejar alguna "gota" en tus pantalones o shorts.
 
3. Luego que te parezca que tu familia no lo nota, o al menos parece no importarle, y que tu te sientas a gusto estando rueda libre entre ellos, entonces puedes comenzar a hacerlo en público. Andar sin ropa interior en público puede ser intimidante al principio, pero después de un tiempo se hará normal para ti.

4. Comienza entonces a estar rueda libre por largos períodos de tiempo (por ejemplo, varios días seguidos) y luego, si quieres, durante semanas o meses. Una buena oportunidad para hacerlo es durante la temporada de vacaciones escolares.

5. Y si quieres, puedes convertirte en un chico rueda libre permanente y nunca más usar ropa interior.